Tuesday, July 17, 2007

Fragmentos de una decepción en tránsito


En esta nueva confusión de Babel solemos olvidar nuestro origen, a que nos debemos, como es que esta ciudad se convirtió en lo que es, sea una ciudad próspera o simplemente una bazofia de pueblo, un simulacro de urbe mal habida, u ostentosa torre con cimiento de arenas movedisas. Sea lo que sea, eso dependerá del punto de vista del que se mire.

Miramos el fenómeno “transantiago” como algo de años luz de nuestra realidad, pero las ciudades cambian lamentablemente por el simple capricho de algunos pocos, que especulan con el futuro esplendor de nuestra historia, del suelo que pisamos. Que no funcione este monstruoso proyecto, no es sólo cosa de pesos, somos sudamericanos y mejor aun chilenos (sin afán nacionalista) el tema es que no nos pueden convertir en europeos o norteamericanos con tratamientos de electroshock. Para la risa es ver a políticos con cara de situación pidiendo por favor “no colarse por la puerta de atrás, siendo que esa clase fue la que instauró esta maña en nuestra indosincracia.

Volviendo al valle (San Felipe), lo seguro, y esto es un mal general de provincia con ínfulas de “city luz”, no nos gusta mirar atrás, como si eso fuese ser retrogrado, antimoderno y aceptamos los cambios a la velocidad de la luz, sin críticas, nos convertimos cada vez más en la muda imagen en blanco y negro de “Tiempos Modernos” de Chaplin, donde se transpone la imagen de un grupo de obreros entrando a una fábrica con otra de un grupo de corderos entrando a un corral… es una mera actualísima imagen…nada de ficción…ni imagen del recuerdo para programa mamón de comerciales y cantantes que se los llevó la ola.

Me perdonarán algunos sindicatos obreros por la comparación previa…pero si piden aumentos de sueldo, ojala sea para dignificar a la familia trabajadora, pagar los estudios de sus hijos, arreglar sus casas o pegarse un viaje y no para pagar la ropa que ya no sostiene su closet, comprarse un auto como el del vecino o el plasma de mil pulgadas con más warifaifas de las que puede controlar.

Miramos nuestra ciudad-real a través de una tele y pensamos que esas guerras campales de la Legua son otra de “Tarantino” o que “En la mira” se merecen un oscar como “Ciudad de Dios” …luego salimos a la tienda más cercana a reventar una “tarjeta-granada” y pasearnos entre artefactos luminosos y personajes de cartón tamaño natural que nos hacen sentir como en casa. Sonreímos de soslayo a la cámara de seguridad para completar nuestro tártaro reality, mientras el "flaite" de turno nos espera a la salida para protagonizar otro “buen programa de denuncia social”.

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