Wednesday, June 11, 2008

“Caja Negra” de Álvaro Bisama


¿APOPCALIPSIS DE LA NOVELA
O
NOVELA APOPCALIPTICA?


Quizá este libro pudo ser escrito a la usanza Rayuela, con otra sugerencia de re-orden de capítulos para (des)orientar a sus posibles lectores, o mejor una especie de cubo rubik... Quizá este libro, pudo ser un artefacto, realmente una caja negra o de Pandora con títeres zombis, prótesis dentales de vampiro, vísceras de chancho, Gillettes sueltas, VHS y cuartillas en desorden donde poder elegir al azar los capítulos y así obtener variaciones al voleo del mismo texto... Quizá este libro debió ser una novela gráfica, una bomba de tiempo...Quizá este libro pudo ser un ladrillo para la ampliación de la casa patronal abandonada u hotel en desuso de la novela chilena, donde redactarán “rayaduras” los hijos putativos del postboom latinoamericano... Quizá este libro es todo lo anterior, o nada de eso. Simplemente el libro que quiso escribir Álvaro Bizama.
Todo esto y más o menos es Caja Negra (Bruguera 2006), CN de aquí en adelante, primera novela de este escritor y crítico literario (El Come Libros, Revista de libros del Mercurio) que se cuela por un Chile centro tan real como irreal, visto por personajes casi imposibles para el plano imaginario chileno.
Familias singulares: La familia de inmigrantes Mori, con un padre dueño de una librería y aficionado a la fotografía porno que engendra un par de gemelos que se convertirán en los cineastas de culto de un inexistente cine gore chileno en medio de la “época de oro” de la cultura chilena...Otra: Un famoso roquero del glam nacional que se ha teñido sesenta y siete veces el pelo con más de cuarenta y tantas combinaciones de colores, y su padre, profesor y especie de gurú neonazi que se toma una facultad de teología con seguidores al rape que se comunican con sectas milenaristas suicidas de Estados Unidos a principios de los noventa...Otra: Una actriz fetiche de telenovelas chilenas y su hijo también actor y cantante de baladas románticas que asesina a groopies en sangrientos rituales. Una familia de enanos que domestica cocodrilos como si fueran Pit Bull falderos.
Todo es apo(p)calíptico y disperso en CN, su estructura y barroquismo me recordó a los poetas chilenos eruditos del pop de los 80’ como Lira, Maquieira, Harris... pero esto es narrativa, una especie de documental no se sabe si de los sobrevivientes, los instigadores o los agoreros de una catástrofe que es más insinuada que real.
Sobre esta supuesta catástrofe, una suerte de vaso comunicante se hilvana entre el primer capítulo, donde un taxista milenarista le comenta a un par de productores de películas gore, en un viaje al centro de santiago, una teoría de realidades paralelas y como el espacio se encoge haciendo que los universos se entrecrucen terminando todo en caos y mezcolanza, una especie de teoría mística de la globalización universal, todo antes de que al bajarse del taxi estalle una bomba… y el personaje Takeshi Osu, músico pop japonés, que mezcla música basura y letras apocalípticas, una especie de sincretismo entre Roger Waters, Mr Doctor (Devil Doll) y René de la Vega...música que recorre casi todos los capítulos como la banda sonora del libro y, Osu, como el héroe de músicos freak y asesinos en serie, personaje situado en la novela como si fuera un DJ apócrifo mezclando las historias sin saberlo... como un anticristo pop...por último más bombas. O la misma.
Toda esta danza macabra que produce Bizama, con más aciertos que desaciertos (sentí un pequeño exceso en el diccionario del cine b chileno) es como una danza butoh de una realidad paralela, que sólo es clara en la cabeza de este escritor pasado de revoluciones y neurótico a veces, una canícula bizarra que aparece si sólo se logra leerla raspando con espátula, una realidad que tampoco difiere de la que todos percibimos a medias, claro que es una realidad b como ese cine que pocos ven y todos comentan.
CN es, entre otras cosas, una gran metáfora negra de la grandiosa cagada que nos vienen repitiendo agoreros desde que el mundo es mundo... de ese fin que nadie cree de tanto verlo por la tele... pero Bisama es una especie agorero postmo, divertido, un fanático de la imaginación y la cultura pop y suburbana, dueño de una creatividad que tanto se echa de menos en los tiempos que corren. Confieso que me desternillé de risa cuando cerré el libro después del capitulo cero (de 13 capítulos enumerados en cuenta regresiva -como una bomba de tiempo-) pero no sin que me recorriera un sentimiento de desolación, un escalofrío esperanzador por el espinazo. A lo Baudelaire… “un oasis de horror en medio de un desierto de tedio”.

Nota: Llama además la atención un capítulo, que si acierto, podría ser un homenaje-parodia al Poeta Juan Luís Martínez (coterráneo atemporal de Bizama) poeta o narrador oblicuo, autor de la “La Nueva Novela”, libro apócrifo, de culto, que no es novela, es poesía, que es fragmento, que es imagen, objeto, mamotreto de física cuántica, el libro que Juan Luís Martinez quiso escribir... En CN es la historia de un escritor albino de novela negra de la UP retirado en algún rincón de VI región, que se dedica a escribir poesía tarjando palabras...en fin...toda esta mezcla en definitiva es entretenida, bien cuidada. No sé si detrás de este proyecto hay más pretensiones que las obvias, siempre existe la posibilidad, por eso hay que desconfiar de los escritores, pero “Funciona” y bien, como diría el propio Bizama, ¿o Bolaño?