Wednesday, June 20, 2007
Palabrería del Arrepentimiento
No seré yo realmente el que comience la palabrería del arrepentimiento, no. Pero el vacío terminal. Cómo aguantarlo. Estoy aquí sentado, en mi puesto de batalla, en un puesto peleando una guerra que no me interesa. Hablar de más, escribir de más, deprimido hasta el tuétano, triste. Triste, sí, triste. Con ganas de pararme y mandar todo a la misma mierda. Lo juro. Todo me parece cínico. Pero peor que nada, el monstruo de 7 cabezas, el cínico, el cerdo numinoso, asquerosillo. Yo. Es increíble como dos putas letras, un monosílabo tan diabólico como ése logre despertar las más contradictorias de las sensaciones. Yo parado, yo sentado, anulado, falsamente interesado en cosas interesantes, se me vienen las responsabilidades, ¡me meto en cada estupidez sin pensar! A veces pienso que no pienso, o a veces pienso en la estúpida idea que todo esto me deviene de pensar que pienso que pienso demasiado... estúpido no? Lo más falso, esta última idea me viene de lo mismo, me altera, me quiero ir, no puedo seguir presenciando como seguimos haciendo literatura con los muertos, con nosotros los muertos, de muerte perniciosa, de tedio, en vida.
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